Transcurría
el año 1996. Por primera vez, después de 3 años de haber adquirido mi primer
uniforme azul y blanco con el número 10 mi mamá me permitía ir al estadio, a
ver al Millonarios del que hablaba ella, mi hermana, mis tíos, mis primos.
Como
señalé en entradas anteriores, mi primer partido fue contra Medellín que
perdimos 1-0 pero no fue impedimento para enamorarme profundamente del escudo y
los colores. Porque no nos digamos mentiras, uno puede querer mucho algo, pero
cuando lo ve en vivo y en directo el amor crece mucho más.
Muchos
hablan de 24 años de fracasos hasta el 16 de diciembre de 2012; Sin embargo en
esos 24 años hubo dos equipos que no consiguieron la estrella, el Millonarios
de 1996 y el Millonarios del invicto de 1999.
Gracias a
Dios tuve la fortuna de ver un equipo en el que actuaba Eddy Villarraga,
Flaminio Rivas, Oscar Cortés, Freddy León, Jhon Mario Ramirez, Rendón, entre
otros. Un equipo magnífico que por decisión de la Dimayor no alzó la copa en
ese año.
En ese
gran equipo de figuras que dejaban todo en la cancha que jugaran para ser
campeones y entrar a la historia del amo y señor del fútbol Colombiano había un
Rosarino que con su magia en los pies y goles históricos como el de chalaca al
rival del odio lograron entrar en el corazón de los azules. Tanto así, que
RICARDO LUNARI es un nombre del que hablan personas que recién tenían 1,2 años
o tal vez no habían nacido.
Aparte de
sus grandes pases y goles, recuerdo a Lunari en su último partido, cuando una
cancha llena aclamaba su nombre mientras prácticamente lo dejaban desnudo
porque todos querían conservar una prenda del último partido de él antes de
emigrar al exterior. Ese día llore como nunca, era la primera vez que como
hincha tenía que despedir a un ídolo. Era la primera vez que como hincha
verdadero tenía que conocer lo que significaba sufrir en el amor.
Pasaron
18 años donde vi a jugadores como Burguez, Chitiva, Candelo, Carlos Castro,
Juan Carlos Jaramillo, Pacho Foronda; Cantidad de jugadores buenos y malos pero
ninguno como Lunari.
Así como
dice esa frase famosa de la gira de Soda Estereo, "Me verás volver".
Pasaron 18 años y Ricardo Lunari regresa al club que lo acogió con amor y del
que tal vez nunca debió salir. Es hermoso cuando él habla de sus tres grandes
amores "Millonarios, Newells y Universidad Católica", "Bogotá,
Rosario y Santiago".
Mono,
solo resta decir que así muchos hablen de tu inexperiencia ante un equipo
grande, esta hinchada te acoge, te respalda, te quiere y con la unión
conseguiremos grandes cosas. Muchos hablan de ti sin haberte visto y es normal,
porque no todos tuvimos la fortuna de verte en el campo, pero seguro, se harán
una gran idea del gran profesional que eres y el amor que le pones a la
camiseta desde el banco.
Felipe
Correa Vargas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario