miércoles, 10 de septiembre de 2014

Me verás volver.


Transcurría el año 1996. Por primera vez, después de 3 años de haber adquirido mi primer uniforme azul y blanco con el número 10 mi mamá me permitía ir al estadio, a ver al Millonarios del que hablaba ella, mi hermana, mis tíos, mis primos.

Como señalé en entradas anteriores, mi primer partido fue contra Medellín que perdimos 1-0 pero no fue impedimento para enamorarme profundamente del escudo y los colores. Porque no nos digamos mentiras, uno puede querer mucho algo, pero cuando lo ve en vivo y en directo el amor crece mucho más.


Muchos hablan de 24 años de fracasos hasta el 16 de diciembre de 2012; Sin embargo en esos 24 años hubo dos equipos que no consiguieron la estrella, el Millonarios de 1996 y el Millonarios del invicto de 1999.

Gracias a Dios tuve la fortuna de ver un equipo en el que actuaba Eddy Villarraga, Flaminio Rivas, Oscar Cortés, Freddy León, Jhon Mario Ramirez, Rendón, entre otros. Un equipo magnífico que por decisión de la Dimayor no alzó la copa en ese año. 


En ese gran equipo de figuras que dejaban todo en la cancha que jugaran para ser campeones y entrar a la historia del amo y señor del fútbol Colombiano había un Rosarino que con su magia en los pies y goles históricos como el de chalaca al rival del odio lograron entrar en el corazón de los azules. Tanto así, que RICARDO LUNARI es un nombre del que hablan personas que recién tenían 1,2 años o tal vez no habían nacido.

Aparte de sus grandes pases y goles, recuerdo a Lunari en su último partido, cuando una cancha llena aclamaba su nombre mientras prácticamente lo dejaban desnudo porque todos querían conservar una prenda del último partido de él antes de emigrar al exterior. Ese día llore como nunca, era la primera vez que como hincha tenía que despedir a un ídolo. Era la primera vez que como hincha verdadero tenía que conocer lo que significaba sufrir en el amor.

Pasaron 18 años donde vi a jugadores como Burguez, Chitiva, Candelo, Carlos Castro, Juan Carlos Jaramillo, Pacho Foronda; Cantidad de jugadores buenos y malos pero ninguno como Lunari.

Así como dice esa frase famosa de la gira de Soda Estereo, "Me verás volver". Pasaron 18 años y Ricardo Lunari regresa al club que lo acogió con amor y del que tal vez nunca debió salir. Es hermoso cuando él habla de sus tres grandes amores "Millonarios, Newells y Universidad Católica", "Bogotá, Rosario y Santiago".

Mono, solo resta decir que así muchos hablen de tu inexperiencia ante un equipo grande, esta hinchada te acoge, te respalda, te quiere y con la unión conseguiremos grandes cosas. Muchos hablan de ti sin haberte visto y es normal, porque no todos tuvimos la fortuna de verte en el campo, pero seguro, se harán una gran idea del gran profesional que eres y el amor que le pones a la camiseta desde el banco.


Felipe Correa Vargas.

lunes, 24 de febrero de 2014

Lillo y su doble nacionalidad.

Desde el momento en que se anunció la llegada de Juan Manuel Lillo, la desconfianza del hincha se hizo sentir por la eventual salida de Hernán Torres y la hoja de vida del técnico no lo ayudaba mucho. Escuchamos su primera rueda de prensa y muchos dudábamos de sus palabras, poco entendíamos, hasta ahora comprendíamos que a pesar que él y nosotros hablábamos castellano, estábamos hablando en lenguas diferentes, y la preocupación que la diferencia de "idioma" con los jugadores nos jugara una mala pasada.

Primera prueba de Juan Ma Lillo en envigado se vio un equipo compacto, con buenas ideas y un Mayer Candelo inspirado para llevarnos nuestros primeros tres puntos. Ese partido nos dio la sensación que estábamos hablando el mismo idioma con Lillo, o a mi parecer yo le entendí lo que el técnico quería expresar.  Luego fue su primer partido de local y la verdad volvió la desconfianza, se volvió a generar dudas sobre lo que se estaba trabajando y nos dimos cuenta que los jugadores, el cuerpo técnico y la hinchada necesitaba un traductor.

Tercer partido del campeonato y cuando vimos la formación que iba a jugar en Boyacá nos dimos cuenta que Lillo no hablaba definitivamente nuestro idioma porque uno no puede aprender español sino sabe lo básico como decir "Hola", "por favor", "gracias". Y así hizo Lillo, sentó a Candelo, Fabián Vargas, Rafael Robayo y Dayro Moreno. El equipo parecía la torre de babel y se perdieron tres puntos que simplemente dejaban a la incertidumbre lo que sería el equipo frente al favorito de la prensa Colombiana.

En la cuarta y quinta fecha (Nacional y Pasto) Lillo hizo uso del traductor que conoció cuando fue director técnico de Almería para que todos entendiéramos su idioma y su estilo de juego. Fabián Vargas (Como traductor) se adueñó del Medio campo y junto a sus colaboradores del club (Román, Candelo, Robayo y Dayro) empezaron a hablar el mismo idioma de Lillo y vencimos de manera contundente al atlético Nacional y sacamos un valioso empate de Pasto (Merecimos ganar).

Para la sexta fecha otra vez el equipo se desentendió del idioma de Lillo, empezó ganando con un golazo de Delgado y en jugadas infantiles un equipo sólido y bien plantado marca el empate y se lleva un punto valioso del campín y otra vez el hincha se volvió a preocupar del idioma de Lillo.

Séptima fecha contra el rival de Patio y la saga defensiva juega un partido 10 de 10, los volantes de marca y carrileros sólidos ante los jugadores rivales, un Mayer Candelo con pases perfectos con un Omar Vasquez que desesperó a la saga santafereña y un Dayro Moreno que cuanta oportunidad tuvo la aprovechó e hizo el pase gol para una victoria más ante los hijos.

Terminada la fecha 7 tenemos 3 victorias, 2 empates y 2 derrotas para un total de 11 puntos. Probablemente si Lillo sigue haciéndose explicar con sus jugadores y su hinchada y ganamos al Huila y vencemos por segunda ocasión a Santa fe llegaríamos a la mitad del torneo con 17 puntos. Un buen número pensando en la clasificación a la siguiente ronda del campeonato Colombiano. Confiamos en que todos entendamos el idioma de Lillo y sea efectivo ante 17 equipos que hablan otro idioma.

Según la cancillería Colombiana un Español puede adoptar la nacionalidad Colombiana siempre y cuando resida determinado tiempo en el país o tenga hijos de nacionalidad Colombiana. Lillo ya puede adoptar la doble nacionalidad porque este semestre demostró que tiene dos hijos: Nacional y Santa Fe.


@meprendorapido