jueves, 15 de agosto de 2013

¿Por qué vamos al estadio?

15 de Agosto de 2013 y desde que empezó el torneo local me ha tocado leer cantidad de opiniones (Barbaridades para mi pero finalmente son eso, opiniones) sobre el argumento por el cuál la gente se abona o simplemente compra una boleta para ir al estadio.

*Millonarios es una empresa, nosotros los hinchas somos el cliente final y por la boleta que pagamos tenemos derecho a indignarnos porque su principal objetivo empresarial es satisfacernos*

Una visión MUY empresarial para lo que muchos consideramos una pasión y otros un estilo de vida. Hay que ser muy teórico, muy racional y muy calculador para argumentar así la experiencia de ir al estadio.

*Tengo derecho a putear a X jugador porque por eso pago la boleta y cuando pago la boleta tengo derecho de hacer lo que se me de la gana. Con lo de mi abono se le paga a ese muerto para que no haga nada*

Primero que todo, ni tener toda la plata del mundo le da el derecho de insultar a una persona, ni en un estadio, ni en un banco, ni en una tienda o un concesionario. Tener o no la plata no le da derecho a tratar a un empleado (Si usted ve a Millonarios como empresa) a los insultos porque NINGUNA cantidad de dinero le da derecho a ser irrespetuoso y humillante con las personas. Por otro lado, si usted cree que con su abono le paga a un jugador le aseguro que con lo que usted paga de un abono no le paga ni la quinta parte del sueldo de UN MES de un jugador de fútbol.

* Como hincha tengo derecho a exigir un título y jugadores de primer nivel*

Primero que todo, usted como hincha no tiene derecho a exigir nada porque usted precisamente es eso, un hincha. A un hincha de verdad no le interesa el resultado, un hincha es consiente que en un partido se puede ganar, empatar o perder. Jugando bien o jugando mal puede pasar lo que sea. El que va al estadio es porque ama los colores.

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Esta entrada simplemente la dejo con una anécdota de reflexión.

Transcurría el 22 de agosto de 2004 y yo me preparaba como siempre para ir al estadio. Llevaba mi camiseta con orgullo a pesar que se sabía que sería un partido complicado. En ese entonces jugaban juveniles porque no había plata para tener grandes jugadores y grandes salarios. Por otro lado, el rival de patio estaba en una buena posición en la tabla, tenía jugadores de re-nombre y todas las posibilidades de ganar.

Un cliente o un hincha de resultados no se acercaría a este partido porque las posibilidades de ganarlo eran casi nulas. Empieza el partido y Nicolás García hace un gol que a los pocos hinchas que no fuimos en busca de resultados nos llenó de emoción, de profunda emoción. Pasaba el milagro, lo realmente inesperado.

Después, Santa fe hizo un partido brillante y no solamente nos voltearon el marcador sino que nos golearon 4 goles a 1. Después del cuarto gol me senté en una silla de oriental general y me ataqué a llorar de sentir el momento que vivía el equipo; Por mi cuerpo solo pasaba angustia y preocupación que nos fuéramos al descenso, que fuéramos a desaparecer. Levanto la cara con los ojos aguados y veo que los hinchas al rededor estaban igual que yo.

Lo bonito de ese partido, más allá del resultado es que hasta el minuto 90 nos quedamos TODOS y al final del partido le ofrecimos respaldo a los juveniles y al profe Cortés con aplausos. Nos fuimos tristes pero como siempre, nos caracterizamos por no abandonar, por estar siempre con el equipo, sin importar que pasaba.


Reflexione usted, para usted mismo, ¿Por qué voy al estadio?, ¿A qué voy al estadio?.


Felipe Correa Vargas.

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