martes, 5 de febrero de 2013

Para no verte más.

Cuando usted firma el ingreso a una universidad revise la letra chiquita sobre las relaciones interpersonales.



Tuve la fortuna (o no fortuna) de haber pasado por dos colegios en mi vida y los dos masculinos. Mi mamá dice que es una fortuna por los valores que se aprendieron allá, para mí no fue fortuna porque mi roce social con personas del otro sexo era mínimo (Hasta que fui parte de la banda de guerra del glorioso Emilio Valenzuela) y las cosas cambiaron.

Termino el colegio y entro a la Javeriana donde la primera lección que me dio mi hermano fue "Hijo, no te cuadres con viejas de tu semestre, ni de tu circulo de amigos, ni con la que veas clases. Te vas a arrepentir si lo haces". Claro, Juan ya tenía más de 7 semestres de experiencia en ese tema y le hice caso. En la pontifiesta la pasé rico, tuve cuenticos, borracheras, amigos, etc. Y la verdad que la lección fue bien aprendida.

Luego ingreso a la Tadeo y los dos primeros semestres tuve en mi cabeza esa pequeña lección. Pero no, no todo en la vida es tan fácil y más cuando llegas a tu primera clase de pre-cálculo y entra una mujer con ojos brillantes y pelo castaño largo. Saluda a tu amigo, te sonríe y sigue.

-Correa marica, le gustó? - No tan huevón, ni la conozco - Marica cierre la boca que se le van a meter los mosquitos.

Luego, con el pasar del tiempo, en tercer semestre la lección de mi hermano me dejó de importar y empecé a salir con ella hasta que en un momento decidimos ser novios (SÍ, novios de carreras distintas pero que compartíamos grupo de amigos y veíamos clases juntos). Cuando le conté a Juan, él simplemente sonrió y me dijo "fresco, lo felicito".

Durante casi 3 años pensé que había sido la mejor decisión a pesar que cuando peleábamos 40 personas que ni nos conocían se daban cuenta, profesores que se reían cuando entrabamos juntos a un salón con cara de rabia y nos sentábamos en lados opuestos y a la siguiente clase entrabamos juntos y nos sentábamos pegados. Pienso yo que esa es parte de la vida universitaria, es parte de vivir cosas y que muchas veces la gente te reconozca junto a otra.

En un momento de la relación cercana al tercer aniversario sorpresivamente después de compartir muchas cosas juntos empezamos a tomar caminos distintos, ella con sus amigos y yo con los míos, cada uno hacía planes por su lado e ir a la 19 con 7ma juntos ya no era lo que más esperábamos en el día para estar juntos. Simplemente cada uno empezaba a tomar su destino y todos los planes de graduarse y construir una vida juntos en el exterior con posgrado era cada vez más utópico. Las peleas empezaron a aumentar hasta que por decisión mutua las cosas se acabaron.

- Joha, a ti te gusta alguien?
-Como se te ocurre pipe, el hecho que esto se acabe no significa que haya dejado de amarte y que las cosas no me duelan! -
- Joha, a ti te gusta Jorge cierto?
- Felipe te estás enloqueciendo? EL ES EL NOVIO DE MI MEJOR AMIGA!.

Días después (Antes de salir a vacaciones de uno de los últimos semestres) me encontré con la novia de Jorge, quien en lagrimas me abrazó y me dijo que habían terminado, que él había cambiado mucho en los últimos días y que ella no aguantó más y terminaron. Se venían vacaciones largas y sentía que podía tener la tranquilidad de que no la iba a ver,que mis sospechas de ella y Jorge eran jodiendo y que tal vez sí, estaba buscando motivos de haber terminado en culadas y no en que tal vez era momento de dar un paso al costado.

Enero y llega la hora de hacer horario. En mi cabeza solo pensaba "lo que sea con tal de no verla por favor". Así que metí economía colombiana los martes y jueves de 6 a 8 de la noche. Primera clase en el auditorio y todo parecía normal hasta que a los 20 minutos de haber empezado esa clase volví a ver esos ojos brillantes y una sonrisa y sin pensarlo supe que era ella. Lo extraño es que ya no me había sonreído a mi sino que iba acompañada de la mano de su nuevo novio. Sí, se trataba de Jorge el cual me miró, sonrió y siguió derecho.

Les confieso que en esa clase fui prácticamente autodidacta porque el profesor no tomaba fallas y mis martes de 6 a 8 en su gran mayoría eran en la biblioteca leyendo los temas programados para ese día y así prepararme para los parciales. Sin embargo salía de la biblioteca y los tenía que ver sentados en el cenicero tomando una aromática, fumándose un cigarrillo y muy sonrientes. Es claro que pudo ser video mío o no, pero en serio sentía la mirada de mucha gente que durante 5 semestres nos vieron juntos en modo de burla.

Luego de ese semestre no la volví a ver, o tal vez intentaba no verla y en algún momento la volví trasparante en mi entorno universitario.

Mis argumentos que hoy respaldan el no cuadrarse con alguien de la universidad, de la carrera o de un grupo de amigos en común:

1. Uno no va ser tan culo de cambiarse de universidad solo porque lo atormenta un fantasma de lunes a sábado en el horario que sea, eso sería totalmente estúpido. La única manera de evitarlo es no haciéndolo.

2. Así como en algún momento cuadró con su novia para ver materias juntos, el azar le puede hacer una mala jugada luego de que no hablen y que tengan que coincidir con ella (Y con su novio puesto que ahora cuadra con él ver materias juntos).

3. Tener novia (Y ver clases con ella) le está negando la posibilidad de conocer grandes amigos y amigos por concentrarse en una sola persona. Si ella no está luego usted se sentirá solo

4.  El hecho de compartir con una persona lo involucra con ella y probablemente con las demás personas que lo observan, sean conocidos o no. Cuando los demás ven a esa persona con otra persona su percepción hacia ella será de "much@ hp" y hacia usted de "que imbecil, se los pusieron bien puesticos".

EVITELO GRACIAS.











Una historia de la vida real.

1 comentario:

  1. A pesar de haberme casado con una novia de la universidad, tuve cuentos previos con otras compañeras. Una se retiró de la U y no hubo lío. Otra, sobre la que hablare en relación con cada uno de los cuatro puntos de arriba.

    Pero antes es perentorio hacer un recuento de lo que pasó entre nosotros. Compartíamos de todo: Filas de almuerzo, partidos de volleyball, fuchi y ping pong, trabajos, tardes de caminatas y helados. Salíamos mucho, nos mandábamos notas en clases, nos comprábamos regalos al estilo 'amigo secreto' y nos contábamos todo. Casi como mejores amigos, pero había cierta química. Luego de pendejadas de borracheras o cuentos de adolescentes idiotas (además de haberle terminado a mi novia del barrio porque me parecía injusto estar con ella y pensar en mi compañera de carrera), decidí proponerle que nos cuadráramos. Luego de muchas vueltas al asunto me dijo que no, que en el momento ella estaba interesada sólo en su vida profesional y no quería distraerse con relaciones; -Sin embargo -me dijo- sólo hay alguien con quien tendría interés y sólo hay uno con quien quisiera estar, y eres tú. 'Perder es ganar un poco' era la frase de Maturana que se me venía a la cabeza en el momento. No logré mi objetivo pero me dio claras luces e ilusiones. No había sido del todo malo...
    Al día siguiente llegó a clase de 7:00am de la mano de otro man.

    1. Obviamente ni ella ni yo nos cambiamos de universidad. Yo estuve solo mucho tiempo y ella sí estuvo con ése y con otro man en mi cara (un gran amigo que antes de cuadrarse con ella me preguntó sobre mis intenciones para él, en dado caso, hacerse a un lado. Un caballero). Pero...

    2. Me la encontré en el 90% de las clases restantes de la carrera. Siempre estaba pegada a su novio, cual chicles, rumbeándose delante mío. Pero así como se enamoraban, así peleaban. El fresquito era inminente.

    3. Mientras estuvimos juntos de arriba a abajo compartimos con muchas personas. Cuando ella se cuadró con el primer man perdió todo contacto con nosotros. Hicimos rumbas, paseos, encuentros deportivos, trabajos y demás con grandes parceros. Ella se vio supeditada a las actividades con el susodicho.

    4. Siempre eran el centrpo de atención, por peleas o amoríos, mientras que yo pasaba desapercibido. A ella efectivamente le decían(mos) "Mucha pendeja", mientras que a mí me decían (me decía a mí mismo, igual) "de la que se salvó".

    Se preguntarán por qué. Pues bueno, supuestamente lo amaba y lo adoraba y lo dejó por mi amigo. Luego a mi amigo le puso los cachos con un culicagado de primeros semestres, luego de tres años de relación. Al pelado lo idiotizó, para luego cuadrarse con un compañero de trabajo, con el que apenas estuvo unos meses... Y la historia sigue y sigue.

    Fuimos y somos buenos amigos, pero esa tarde, de haberme dicho que sí, hoy yo sería parte de ese desfile de cuentos y corazones rotos. El caso de mi esposa fue aparte, ella tenía sus amigos, yo los míos. Ella era de la misma carrera pero otro semestre. Y, sobre todo, ya estábamos cerca al grado, es decir, lo suficientemente creciditos y maduros para manejar espacios, amigos y eventuales discusiones sin involucrar a nadie ni ser pan de cada día.

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