lunes, 18 de marzo de 2013

6 años muy largos.

4 de diciembre de 2006: Era la mañana y me encontraba afuera de un coliseo. Se escuchaba el murmullo de muchas personas y junto a mi se encontraban más de 40 personas esperando su aparición exitosa y las miradas de más de 400 asistentes. Todos, de la manera más elegante, como si hubieran ganado el campeonato del mundo se acomodan en una fila para subir las escaleras. Confieso que ese día estaba muy nervioso y sudaba mucho. De pronto  empezó a sonar la marcha triunfal y era la hora de darle la cara a los familiares que desde transición habían seguido nuestro crecimiento personal y académico. Era la oportunidad de darle las gracias y decirles, ahora seremos grandes profesionales. Afortunadamente, ese día pude contar con mi abuelo materno y mi abuela paterna que fueron las personas que junto a mis papás me enseñaron muchos valores.

El oscuro  2007

Llega enero del 2007 y por un buen icfes ingreso a la javeriana estudiar ingeniería civil, con la incertidumbre si era lo que quería estudiar. No sabía si tener esa duda en primer semestre era normal en los jóvenes, no sabía si pensar que si mi familia lo llevaba en la sangre era suficiente motivo para llegar a ser eso. Les confieso a ustedes señores que no, no soñaba siendo un ingeniero, me gustaba la ingeniería pero no me veía en el futuro de esa manera y mi actitud fue solo un síndrome de eso. Curiosamente, hace poco salí con la gente con la que estudie en la javeriana y en medio de risas me decían que soy un gran amigo pero de lejos y tal vez fue por eso, porque la libertad de controlar mi tiempo, mis espacios y la falta de interés sobre la carrera hizo que mi estadía allá no fuera la mejor y que la decisión más simple fuera abandonarla y sentir el primer verdadero fracaso en mi vida.

No les voy a decir mentiras, fue un fracaso que dolió pero del que aprendí y no me arrepiento. Cuándo pasó esa situación incomoda para mi y mi familia fue cuando tuve los pantalones para decirle a mis papás que no, que no era ingeniería lo que quería estudiar, que lamentaba hacerles perder dinero y tiempo conmigo pero que no iba a estudiar hasta que estuviera seguro en qué me veía. A ellos les dio muy duro y eso fue evidente por la manera en que tomaron la noticia. Decidieron que fuera a donde mi tía en estados unidos a aprender inglés mientras decidía lo que iba a hacer; Y la verdad no aprendí nada de inglés y mucho menos me quedé los 6 meses. Esa estadía allá me sirvió para valorar cada cosa que mis papás me entregaban, y eso que no considero que me faltara algo, solamente no veía lo que tenía al frente, no veía ese esfuerzo que mis papás hacían día a día para que yo fuera un gran profesional. Entre ese mar de dudas, miedos, enfrentamientos conmigo mismo obtuve no solamente la respuesta a cómo tenía que ser como persona sino a lo que tenía que hacer en los próximos años. En medio de la incertidumbre me empezó a gusta el tema administrativos y en la busqueda encontré el pensum de la tadeo en mercadeo y me enamoró desde que lo vi. Tuve la visión que a eso me quería dedicar toda mi vida y volví a Colombia con la satisfacción de saber que estudiar y donde.

2008-2012

Volver a ser primíparo, que sensación más extraña. Y esta vez era más extraño todavía porque para ese entonces ya tenía 19 años y los que entraban muy pocos superaban la mayoría de edad. Incluso, a muchos les sorprendía que ya hubiera estudiado en otra universidad, que ya hubiera vivido la experiencia de ser primiparo y que en ocasiones prefiriera solo tomar algo los viernes y no tomar cada vez que se tuviera un espacio.

Fueron 5 buenos años en la Tadeo donde seguí construyendo mi vida, donde cada materia que vi (o la gran mayoría) la sentí con pasión y reflexioné que muchas veces la gente hace 4 o 5 años de una carrera que no lo apasiona y recuerdo mi abuelito diciendome, en aquel 2006, que no estudiara lo que me fuera a dar plata porque la plata no da felicidad, que estudiara lo que me apasionara porque hacer las cosas con pasión sí daba felicidad. Y efectivamente así hice, las cosas que me apasionaban las hice con amor, decidí aprender con amor a la carrera y a la universidad y las cosas que se me dificultaron las intenté hacer bien para que después de muchos errores mis papás se pudieran sentir orgullosos.

No les voy a decir mentiras, por cosas de la vida mi carrera duró más de lo que en condiciones normales dura, mis amigos se graduaron antes que yo y mi paso por la Tadeo no fue perfecto, o al menos en temas no académicos. Una relación enfermiza de más de dos años, muchas desilusiones  muchos cambios de horario, de vida y muchos errores de los que aprendí pero que finalmente, después de 5 años pude sacar adelante para que el 23 de noviembre supiera mi última nota como estudiante y esperara solo el momento en que culminaba un nuevo momento en mi vida.

18 de Marzo de 2013

Han pasado 6 años y 3 meses para escribir esta entrada hoy. Es curioso, el viernes pasado fui a recoger las invitaciones y sentarme donde muchas veces llore, me reí, hablé ya no era lo mismo, ya era el lugar de muchos mas jóvenes que estaban empezando, a mediados o terminando ese camilo que yo decidí recorrer hace 6 años.

Solo faltan 3 días, en 72 horas ya seré profesional en mercadeo. Ya le habré dado una alegría más a mis papás muchas más luchadas y ya empezaré mi camino solo. Empezaré a hacer una pasantía de vida donde durante 24 años mis papás me maduraron y si a alguien le debo todo esto es a ellos y a mis abuelitos. A mi abuelo que me vuelve a acompañar y a mi abuela que esta vez lo hace desde el cielo.

No importa que tan largo sea el camino ni cuantas piedras dures en recorrerlo. Hace 6 años vi lágrimas en los ojos de mis padres cuando me vieron entrando triunfante a un coliseo y si dios quiere, con el mayor agradecimiento del mundo me sentiré orgulloso de ver esas mismas lágrimas el 21 de marzo en el auditorio Fabio Lozano.

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